La esterilidad

Si me dijeran que soy estéril:
1) No me lo creería al 100%
2) Me alegraría bastante
3) Me haría una histerectomía. A saber: extirpación del útero.

Allá voy:

1) La esterilidad, según el tipo, es relativa a la par que hija de puta. Igual que hablé de los hijos de Ohino, hay más de un hijo de Falopio. Un espermatozoide campeón que, contra todo pronóstico e incluso con Trompas ligadas y todo, se aventuró a hallar el camino. Son triunfadores natos, claro. También son una increíble sorpresa y, según el nivel académico/educativo de los padres/familia, también son milagros y médicos con los ojos morados. La vida se abre camino, que se dice. Aunque los padres que más desean un hijo la padecen con mucho sufrimiento. Se aferran a la idea de esparcir sus genes por el mundo, que a estas alturas me parece una chorrada. Un niño será mejor o peor según lo eduques, no según sean los genes. Como mucho le puedes transmitir enfermedades hereditarias, los ojos de la abuela y el mentón con hoyuelo de su padre.

2) Si en el fondo no tener hijos no está tan mal. Son monísimos y te dan muchas alegrías, sí. Y también te dan mucho el coñazo sin que nadie tenga la receta para ser un buen padre. Así puedes ser la tía guay, que les deja hacer lo que su madre no y les habla de sexo. Y la mala noche no te la dan a ti ni los viajecitos ni los estragos del sarampión... si es que son todo ventajas.

3) Y digo yo: Si no voy a tener hijos ¿por qué aguantar la regla? Es que ni me lo pienso: histerectomía al canto, que si no hay útero no hay niño y así seguro que ni espermatozoide Indiana Jones ni Vasco de Gama: no habrá sorpresas. Luego un suplemento hormonal por vía oral y si te vi, útero mío, no me acuerdo de tu cara.

Si con el tiempo me llegara una tardía llamada de la Naturaleza y quisiera ser madre, haría como Julie Andrews, me busco un Von Trapp con siete niños pelones, los visto con cortinas y le dejo a otras lo del parirás con dolor. Que dicho así no invita nada a la procreación.