sábado, 17 de noviembre de 2012

Aquel junio

Los planetas se alinearon aquel junio, él perdió el autobús de la excursión y yo llegaba, cómo no, descaradamente tarde a clase.

Acabamos en la playa, él llevaba la mochila cargada de comida y yo el bikini. En la ruta hasta el mar, le conté mis fantasías de infidelidad y él supo aprovechar la oportunidad que se le brindaba.

Sobre la arena fría a la sombra de las palmeras, comimos y fumamos. No sé si será desde entonces que para mí es algo afrodisíaco este humo. 

Él se prestó a darme un masaje en la espalda, yo me tumbé, él se sentó sobre mí, deshizo el nudo del bikini y sus dedos, como distraídos, pidieron permiso por el flanco prolongando la caricia. Mi espalda se arqueó ligeramente y liberó bajo mi pecho espacio suficiente para sus manos.

Aquella mañana fue convulsa. Nuestros cuerpos lo fueron.
Aquella tarde fue confusa.
Mis sentimientos lo fueron.
Él, en cambio, tenía una certeza:
-Eres peligrosa.
 

Furor

En clase de Etimología me sorprendió la definición de ninfomanía como "furor uterino". Con el tiempo he confirmado que es en la matriz donde se concentra el deseo, en mitad del cuerpo, para quebrarnos en dos como un terremoto.

viernes, 16 de noviembre de 2012

La curiosidad me mató

Dicen que la curiosidad mató al gato. 

He buscado Gandia Shore en youtube, porque eso de "es como un Gran Hermano de chonis que se van de fiesta" y que sea un éxito de la televisión no me entraba en el entendimiento. Pues al oír a un chaval, en tanga y delantal, decir: "Hola soy Abraham, pero me podéis llamar Cachorrín" he empezado a convulsionar (literalmente) y han llegado a socorrerme Hagrid y el perro. 

Como dijo el cuervo: Nunca más. Nunca más. Nunca más.