miércoles, 16 de julio de 2008

Qué mala pata

Leí hace mucho el relato de terror La pata de mono de W. W. Jacobs y de algún modo se quedó en mi subconsciente. La pata de mono es un talismán que concede deseos con un macabro y alto precio. Puede sonaros por la tercera temporada de Los Simpson, donde una parte del especial de Halloween está basada en esta historia.

Porqué escribo sobre esto.

Me había comprometido a viajar en vacaciones al pueblo de uno del trabajo, pero por cuestiones varias me iba a ser imposible ir. Ya habían surgido algunos roces entre nosotros, así que darle plantón después de un año de planes para verano sería más que desagradable. Deseaba con todas mis fuerzas no tener que ir y ya no tendré que hacerlo. Ha sufrido un accidente y se queda sin vacaciones en el pueblo. Sé que no tengo porqué sentirme culpable, pero no creo en las casualidades porque sí. Ya avisaba esta mañana el universo cuando al salir del ascensor me fui directa al suelo, y no fue por el carajillo del desayuno.

Era él o yo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo también creo que todo pasa por algo, me pongo aún más misteriosa, es como que hay un plan secreto para cada uno y no nos damos cuenta la mitad de las veces. ¿Demasiados episodios de Me llamo Earl?
En cualquier caso me alegro por ti. Un beso.

Anónimo dijo...

Mi madre siempre cuenta que, cuando éramos pequeños, pidió un fin de semana libre en el trabajo alegando que mi hermano y yo estábamos malos. Cuándo llegó a casa estábamos malos de verdad! Yo siempre lo pienso cuándo tengo el típico día tonto que me quedaría en casa tan ricamente llamando a la ofi y diciendo que estoy mala pero nunca lo hago por si acaso...
Un beso y buen finde!