Los hijos de Ohino y el Método Billing

Hablemos de la anticoncepción natural, que para la concepción antinatural estaba el post anterior.

Cuando tuve mi primera regla mi madre me dijo bienvenida al club. A partir de ahí tocaba apuntar todos los meses el día en que llegaba la prima de América para establecer la regularidad del ciclo. Basándose en dicha regularidad el Señor Ohino creó su método anticonceptivo. Cómo no, le puso su nombre, y así apareció el Método Ohino. Según el cuál, si el ciclo dura 28 días -contando el día 1 como el día en que llega la regla y el 28 como el anterior a la próxima regla- calculas tus días fértiles, que serían del 9 al 16 del ciclo, y en esos días a) no se jinca, b) se usa condón, c) se practica sexo sin penetración vaginal, hala a usar la imaginación. Si por el contrario te quieres quedar preñada, calculas tus días fértiles y tonto el último. Como los ciclos son variables y la ovulación se puede alterar facilmente, este método es poco recomendable. De hecho, se dice que el mundo está lleno de hijos de Ohino.

Otro método de los llamados naturales es el Método Billing. Consiste en medir diariamente la densidad del moco cervical -del cérvix/cuello del útero, no las cervicales que te duelen después de hacer un cunnilingus-. El cérvix, al fondo de la vagina, está taponado por un moco denso que protege el útero, cuando estamos en periodo fértil el moco se vuelve más ligero para facilitar el paso de los espermatozoides. La idea es que cada mañana te metas un dedo en la vagina, tomes una muestra de ese moco cervical y compruebes sus características: color, consistencia, dureza, y elasticidad. Cuando me lo explicaban en clase no podía imaginar cómo al Señor Billing se le pudo ocurrir semejante idea. Tampoco es recomendable, porque como ya dije en el párrafo anterior, los ciclos son muy variables.

A parte del riesgo de embarazo están las transmisiones de enfermedades, que sólo los condones, la abstinencia y el sexo con uno mismo, más la higiene claro, son capaces de evitar. Cuídense.