martes, 28 de octubre de 2008

Crecer deprisa

Recuerdo a mi madre fregando antes de que compraran el lavavajillas. Yo dificilmente llegaba al fregadero y de puntillas la miraba esperando que alguna pompa de jabón creciera desde el sumidero hasta explotar. Un día le dije a mi madre que quería fregar los platos y me dijo que yo tenía que jugar, que ya crecería y tendría la obligación de fregar y entonces no me gustaría tanto. Tengo ese momento grabado como si fuera una película, transformado por el tiempo, pero las palabras de mi madre siempre han estado guiándome desde el subconsciente.

Me gusta correr en los parques pateando las hojas secas. Saltar en los charcos. Hacer volar la espuma de las olas en la playa como nubes en el suelo. Cantar alto (y francamente mal). Bailar sin música por las calles. Dar besos y abrazos. Hacer pompas de jabón en el balcón. Me gusta que los desconocidos se giren y cuando lleguen a casa le cuenten a su familia que hoy pasó algo diferente.

No sé si fue aquel día con mi madre, o cuando me di cuenta de que las responsabilidades requieren esfuerzos, pero aprendí que las personas corren demasiado intentando saltar a la siguiente etapa de la vida pensando que allí encontrarán la felicidad. Es un absurdo. La vida nos empuja, queramos o no, a dar los siguientes pasos, a seguir adelante y tomar decisiones. Ciencias o letras. Compra o alquiler. DVD o pub. Playa o montaña. PC o Mac.

No sé cuándo, sólo sé que decidí no crecer. Envejecería, pero seguiría haciendo lo que me viniera en gana, sin importarme lo que piensen los demás. Sólo tiene 20 años y es una cría. Tiene 30 y aún no ha madurado. Si tiene 40, debe estar en crisis. Debe rondar los 50 y estará con la menopausia. Pobriña, con 60 y ya demenciada. Pero seguiría haciendo lo que me viniera en gana, sin importarme lo que piensen los demás.

6 comentarios:

Mon dijo...

Me ha costado 32 años entender esta verdad funadmental que tan bellamente expresas... de hecho si se me cruza alguien especial en mi vida, deberá aceptar y potenciar que "vaya hacia atrás", como dicen que decia Quino en un texto que en breve colgaré, en tu honor, en mi blog. Seguro que te lo han enviado. Si no, vas a entender perfectamente a qué se refiere...

Hoy me he dado cuenta, volviendo del curro, de que me he subido a donde acaba la acera y empieza un parque (con lo que no podia caerme), pero he hecho como si fuera un funambulista del circo. No se cuando me he dado cuenta, pero me ha hecho muy feliz no percatarme de que estaba soñando...

Unknown dijo...

Creo que las personas especiales son las que potencian nuestro lado más infantil, aunque nos hace vulnerables, como los niños. Y nos hace soñar que somos funambulistas, que todo es posible, que no existen los prejuicios... con ojos de niño se vive mucho mejor.

Leí en el blog de Quino que él no lo había escrito, que todo fue fruto de una confusión, pero no deja de ser un texto genial.

El honor es siempre mío.

Un besazo

Señorita Puri dijo...

Qué bonito texto. Me ha gustado la parte donde muestras las críticas de la gente a cada momento de la vida. Bss

Unknown dijo...

Señorita Puri, las opciones eran que la gente pensara que era una inmadura o que estaba loca. Luego llegó Amelie.

Besazos

ve dijo...

Precioso. Cuando empecé a leerlo estaba sintiendo esa punzada que me da cuando comienzo un libro que me gusta, y el final es redondo. Me ha encantado!

Unknown dijo...

Vesedo, me alegro de que te guste, de vez en cuando el blog me pilla inspirada.

Un besazo