jueves, 4 de septiembre de 2008

No codiciarás a la pareja del prójimo. O sí

La sexóloga de la tele decía que las fantasías eran de uno mismo y que, aunque se tuviera pareja, se podía pensar en quien se quisiera para satisfacer los deseos y alcanzar el placer. Algunas personas entienden eso como una infidelidad, otras no. Yo lo entiendo como una tentación con nombre y apellidos.

También es verdad que no es lo mismo pensar en Brad Pitt, hombre inaccesible, seamos realistas; que pensar en un compañero de trabajo o alguien que esté más a tiro. Pero aunque uno piense en la vecina del 5º, por ejemplo, no significa que quiera llegar a algo más. A veces basta con dejarle ser una fantasía, algo más lo estropearía todo, sobretodo porque la realidad y la ficción que crea la mente no suelen parecerse en nada.

Por otro lado, se corre el riesgo de mandar mensajes no verbales al sujeto objeto de nuestra fantasía. Si el sujeto en cuestión es receptivo a esos mensajes, los capta, descifra y ve posibilidades de sexo puede empezar el contraataque. En este momento se pasa de fantasía a tentación. Porque, aunque sabemos que realidad y ficción no suelen ir de la mano, nos planteamos si este caso será la excepción que confirma la regla.

Por eso hay que tener las cosas muy claras y saber hasta dónde llegan los propios límites. Por el bien de la relación hay que mantenerse firmes y relegarlo para siempre a la caja de las fantasías. Si tiende a escapar hacia la caja de las tentaciones, directamente es mejor quitarlo de en medio y olvidarse del sujeto en cuestión.

Porque si cedemos al chantaje del placer, un pequeño capricho puede acabar con una relación que no conviene que se estropee. Aun cuando la pareja perdonara la infidelidad si ésta se diese, uno estaría perdido en la inestabilidad que crea el precedente. Cuánto tiempo soportaría la pareja los encuentros con un tercero. Cuánto tiempo soportaría uno al tercero en discordia y no lo cambiaría por un cuarto o un quinto o los que sean. Se crearía un círculo vicioso, nunca mejor dicho, en el que es difícil decidirse por una persona cuando llega el momento de estabilizarse.

Al final, cada cuál elige su camino, sus amores y sus amantes.

6 comentarios:

Miscelaneas dijo...

Tu reflexión es acertada.
Al menos en la sociedad donde vivimos. No todas las sociedades actuan igual, pero como bien dices al final cada cuál elige su camino.
Un saludo desde Madrid por ahora
El Despertador-poeta vagabundo

Unknown dijo...

Las relaciones personales son tan complicadas...
Gracias por comentar :-)
Un saludo

Anónimo dijo...

No sabes el miedo q me da tu cabecita,jajajaja.A saber q coño te abra ocurrido o en q estaras pensando para escribir un post asi x q si.De todos modos no la jodas q yo quiero ir a madrid,jajajaja.bsts.miau

Unknown dijo...

jajajja
No te preocupes, estas son sólo reflexiones basadas en las conversaciones que tuvimos en verano. Nací rayada y moriré rayada cual cebra del Serengueti, pero a Hagrid no lo pierdo por nada del mundo. Tú tranquila :)
Besazos, estoy deseando tener el piso lleno de genteeeee!

anifaresius dijo...

Tengo que decir como parte interesada, que las rayadas de esta mujer son tan brutales que me kita 3 meses de vida por cada una

Unknown dijo...

:(