viernes, 6 de noviembre de 2009

RRHH

Resulta que me ha dado tiempo de pensar mucho y darle mil vueltas a todo. Cosa nada recomendable, la verdad, los problemas hay que zanjarlos y pasar página. Total, qué más da que no cumpliera mis promesas electorales cuando fui representante de alumnos en la facultad, si los políticos duermen con el país como está yo no voy a perder el sueño. En fin, me temo que el consuelo de los tontos es lo único que me aplico, porque el cuento, que ya me lo sé de memoria, no me lo termino de aplicar. Serafina, que te vas por las ramas.

El caso es que desde que tengo memoria me recuerdo dando un paso atrás para que pasen los demás, con el sacrificio propio de una madre comiéndose la croqueta quemada, y no sé porqué. En las clases de inglés recuerdo cómo voluntariamente me sentaba sola para que las demás pudieran tener una compañera. Algunos pensaron en su momento que era algún tipo de estrategia de mártir, pero nada más lejos, creo, no soy ninguna estratega, pero todo está por descubrir. En cualquier caso, puede que lo hiciera de un modo inconsciente, pero yo me identificaba más con el sentimiento de protección maternal, de ver volar a mis polluelos capaces de salir adelante solos, mientras yo me quedaba cobarde en el nido, claro. De este modo me he refugiado en una personalidad rara de cojones, cariñosa y protectora a la par que ermitaña y solitaria, carente y anhelante de muchas cosas. Cosas que están a mi alcance, pero que yo misma bloqueo, como la paloma de Saroide (me quito el sombrero y hasta el cuero cabelludo si precisa).

Hay personas que tienen una especie de sexto sentido, una sensibilidad especial y, a veces, ven palabras de colores o colores en las palabras. Un par de ellas se me acercaron en diferentes ocasiones de mi vida y me dijeron tal cual: quiero ser tu amiga. Hoy en día es muy difícil encontrar a alguien así. Yo me dejaba querer. Era presentada en sociedad y los otros me daban la oportunidad de entrar en sus vidas. No tengo muy claro cómo funcionan las relaciones humanas, pero me voy enterando de algo. Resulta que no puedo quedarme en el nido todo el rato y esperar que la gente me quiera a su lado si no comparto ni mis gusanos con ellos. Así que he vuelto a desayunar con mis compañeras en vez de enfrascarme en mi trabajo y decir que no tengo tiempo para un café. También he descubierto que el café es un estimulante estupendo, hace que me cunda muchísimo mi jornada, que llegue a casa con energías y he oído que hay gente que queda de vez en cuando para ponerse al día mientras toma uno. Eso tengo que investigarlo a fondo, ¿os hace un café?

3 comentarios:

@soyalvaroaguado dijo...

pues ojala te dieras a conocer a todo el mundo. quien llega a conocerte te quiere con locura y tu me has dado ese honor. gracias

Sara Mansouri "Saroide" dijo...

Qué gran verdad, pasa el tiempo y nos vamos cerrando un poco, esperando a que sean otros los que vengan espontáneamente hacia nosotros, lo que no es tan sencillo.
Así que haces bien en salir de tu nido. Disfruta de tus cafés, de esas conversaciones y de esa energía renovada, que también (y tan bien) transmite tu blog. Eres genial.
PD: me ha emocionado que algún cuentecillo mío te dijera tanto. Yo también soy un poco esa paloma, me temo :P...

Unknown dijo...

The Jocker, mil gracias! De vez en cuando hace falta qud te digan estas cosas.

Saroide, tus historias son estupendas, como un pulso a la imaginación! Quién fuera otra vez niño para hacer amigos con tanta facilidad. Gracias por tu apoyo.

Besazos a los dos!!