jueves, 12 de noviembre de 2009

Confesionario

Creo en Dios. No en la Iglesia ni sus predicadores-del-mono-y-la-mona-de-su-calor. J. J. Benítez dice que Jesús es un extraterrestre, pero no un marcianito verde ni un filETe. Es un ser de fuera de la tierra, de ahí lo de extraterrestre. Y a mí me convence. Porque si, dentro de la misma Tierra, la señora que abre un grifo ante los ojos del niño saharahui que acaba de recoger para que pase con ella el verano está haciendo magia al tener agua, ¡ojo! y transparente, en su propia casa; un ente de otro planeta podría resucitar a Lázaro sin despeinarse las barbas. Quicir, ¿y si en vez de resurrección fue una abducción para volver a la nave nodriza? ¿y si en su planeta de origen el vino es casero y sus propiedades dependen de la dureza del agua? ¿y si en aquellos tiempos, dos mil años ha, la gente se creía que cualquier cosa era una milagro?

Yo, como he dicho al entrar, creo en Dios. Creo en un más allá a mi manera, como un mundo paralelo, no con angelitos sin pene tocando la trompeta, más bien como otra dimensión. Por eso, aunque seas nueva en la ciudad, te suena la cara del hombre del gas, porque le conoces de otra vida. Lo de que sea perfecto y no haya sufrimiento sí que sería genial y encontrarías a tus seres queridos muertos, pero limpios y sin signos de putrefacción, y casi a cualquier persona. Y digo casi porque debería haber cierta criba, siento ser clasista, pero hay gente con la que no me gustaría compartir la eternidad. Un ratito sí, pero la eternidad es mucho. Ahora mismo lo que se me viene a la mente es la casa de Gran Hermano y a la espalda, un escalofrío.

Parece que Dios también evoluciona con el tiempo, o es la interpretación que el hombre hace de Dios lo que evoluciona. El caso es que en el Antiguo Testamento era un Mamón (se pone en mayúsculas por respeto) y luego en el Nuevo Testamento, como se da cuenta de las barbaridades bárbaras que hizo a Su pueblo querido, véase el diluvio universal (p.e.), manda a Su Hijo y deja que Le puteen lo que quieran y que Lo maten, ya que están puestos, ¿verdad? Y todo esto para demostrarnos Su amor. Pero, claro, como Su Hijo, viendo cómo se le trataba en la Tierra, picó billete y se fue flotando entre nubes y asombro, tuvo que dejar al hombre predicando. Y ahí la cagó. De pleno. Porque el hombre es corrupto, y sí Bibiana, la mujer también. Y ya pa' qué meternos en historias de condones, SIDA, aborto y excomunión, persecuciones, guerras, dinero y riquezas, pedofilia, papamóviles, hipocresía y demás. Eso es cosa del hombre, que es libre de elegir ser un cabrón egoísta y luego hecharle las culpas a Dios, que como Ése ya no baja.

4 comentarios:

@soyalvaroaguado dijo...

yo no creo en Dios, y si lo hiciera, le recriminaria que abandonase al hombre a su suerte o por que cuando creo el mundo le dejo ciertas imperfecciones que hacen que ocurran desastres naturales, que se maginifican por la mano del hombre, pero no dejan de ser desastres naturales, que surgen de la imperfeccion de la creacion de Dios. no siempre la culpa la tiene el hombre y la mujer. Si existiese Dios, Dios seria imperfecto.

Unknown dijo...

Tal vez no quería hacer un mundo perfecto :P

Besazos

Sara Mansouri "Saroide" dijo...

¡aaamén, Serafina! :P

Unknown dijo...

Los pastafaris dicen "ramén"... Mmmh! Qué rico
Besazos