miércoles, 18 de noviembre de 2009

El rapto de la sabina

El Rapto de la Sabina es una estatua de Giambologna que se encuentra en el Pórtico de los Lanzi, en la Plaza de la Señoría de Florencia. Es la que más me gusta de todas, pues la expresividad es increíble a pesar del frío mármol. Justo lo que recoge esta foto impresionante de Eric Parey fue lo que me enamoró de ella. Es tan jodidamente sensual. Los dedos clavándose en el muslo, parece que la piedra fuera carne. No me canso de ella.

La historia de este rapto es muy bonita curiosa. Resulta que Rómulo se encontró con que Roma no tenía habitantes, así que invitó a quienes quisieran unirse a él y sólo fue la camorra. A falta de mujeres que dieran hijos a los maleantes e hicieran crecer la población, Rómulo fue a las ciudades cercanas en busca de jóvenes fértiles, pero sus padres no querían entregarlas a unos gachones como aquellos, así que Rómulo se volvió a Roma sin las zagalas que había prometido. El mariconeo siempre estuvo muy presente en la antigua Roma, pero por mucho que corrieran los espermatozoides no había modo de que naciera un sólo niño o caballo. Como Rómulo era un espabila'o, organizó unos juegos y fueron a participar un montón de gente de los pueblos y ciudades cercanos. Patricia, prepara a la familia que vais a ver cómo humillamos a los romanos tirando el LP. Y allí que fueron en plan domingueros con la sandía (que en italiano se dice angurria y por algo será), con los niños, la abuela, la nevera y la pelota de Nivea. Cuando estaban en la prórroga del Lazio-Roma, todos ya borrachos y pendientes del partido, Rómulo le dijo a los suyos: Coged a las mozas más jóvenes y voluptuosas, a las feas las podéis dejar. Y se llevaron a las sabinas, de Sabinia, y de ahí el nombre de la escultura. Para cuando los padres de las criaturas se vinieron a dar cuenta, los romanos -no olvidemos que eran delincuentes profesionales como Makinavaja- les dieron lo suyo, y no me refiero a sus hijas, sino a una paliza chica, que dio origen a los disturbios tras los partidos de fútbol.

Rómulo, que era el que más estudios tenía, a pesar de que era huérfano y lo alimentó una loba, para que luego digan, si es que hace más el que quiere que el que puede, en fin que me desvío, que Rómulo se acercó a la cueva donde tenían escondidas a las mujeres y les habló:
Queridas mías, nosotros los romanos somos hombres fuertes, valientes, buenorros y unos amantes de quitá las tapaerah der sentío. Pero estamos muy solicos y necesitamos mujeres para formar familias y que esta ciudad bendecida por los dioses prospere y sea una, grande y libre.
Y una que bien se podría haber llamado Bibiana Aído dijo en representación del resto:
Venga va, pero nosotras sólo tejeremos en el telar, las cacerolas y el mocho para vosotros.
Y así se cerró el trato.

Los padres de las ahora esposas de los romanos seguían con la intención de liberar a sus hijas y pasaron años y años de guerras, pero los romanos, ya sabéis, eran unos fuera de serie y se resistían. Hasta que finalmente quedaron reducidos al Capitolio. Total, que mientras acampaban los enemigos de Roma en las afueras de la ciudad vieron a una perra traidora llamada Tarpeya, que se pirraba por el oro como los señores con chaleco reflectante de la Plaza del Sol, y que al ver los brazaletes de los soldados les propuso dejarles entrar en la fortaleza a cambio del oro. Como si de un telefilme de sobremesa se tratase, en vez de darle el oro le dieron candela y murió en el que a partir de entonces sería el Monte Tarpeyo, donde se daría muerte a los traidores.

Ante lo que parecía la gran batalla y el final de la guerra, las sabinas se pronunciaron interponiéndose entre ambos bandos, pues en uno estaban sus padres y hermanos, mientras que en el otro se encontraban sus maridos e hijos. Lograron convencerles para que proclamaran la paz y celebraron una comilona de tres días en plan boda gitana-yeli-yeli, muy típico de los romanos también. Fue así que gobernaron Roma en una diarquía Tito Tácito, rey de Sabinia, y Rómulo hasta que Tito murió, el tercero de la serie tras Chanquete y Pancho, que como todos sabéis murió de sobredosis.

Mis disculpas a los historiadores, no me acusen de intrusismo. A los estudiantes que pudieran llegar aquí gracias a Google o similares: ¡Id a una biblioteca, joder!

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Una niña se dirige a su madre:

- Mamá, ¿cuántos tipos de hombres hay?

Sorprendida, la mujer le responde:

- Mira hija, los hombres durante su vida pasan por tres fases:

Antes de los 29 son como el arbusto del jardín: duros y bien dispuestos.
Hasta los 49 son como el roble: fuertes y confiables.
Y a partir de los 50 son como los arbolitos de Navidad: con las bolitas de adorno.

Lucrecia Borgia

César Borgia dijo...

Giambologna: El rapto de la Sabina
1582. Mármol. Altura 410 cm.
Loggia dei Lanzi, plaza de la Señoría. Florencia.

"El Rapto de la Sabina", punto culminante en la carrera artística de Juan de Bolonia, nos transmite la voluntad del escultor de innovar en el ámbito del movimiento. Antes que nada, crea un grupo en bronce que representa un rapto, enviado en 1579 a Octavio Farnesio, duque de Parma. La iconografía está ausente de la obra: no hay accesorios ni símbolos convencionales. Un hombre desnudo, con las piernas flexionadas por el esfuerzo, lleva en sus brazos a una mujer también desnuda que parece tomar a los dioses por testigos de su suerte. No hay lucha ni drama; ella no se resiste: es una danza en la que se oponen dos movimientos en contraste. Inspirándose en esta composición Juan de Bolonia talla el monumental mármol que se inaugurará en la loggia de los Lanzi en 1583. Para que el grupo disponga de un fundamento más amplio, ya que está limitado por la necesidad de conservar en su integridad la solidez del bloque de mármol, el escultor coloca una tercera figura curvada en dirección al suelo. En este caso hay tres cuerpos combinados en el espacio: el vencido en el suelo con los miembros encogidos; el romano que dibuja un arco de círculo, encorvado y fogoso, y la Sabina que intenta zafarse con un gesto de su espalda. La geometría de las líneas de fuerza, el juego de las miradas, el contraste entre las expresiones, la variedad de los volúmenes que se contraen en dirección descendente y luego se expanden, todo ello convierte al Rapto no sólo en un prodigio técnico sino también en un hito de la reflexión estética acerca de la relación entre las formas en el espacio. Los barrocos no se confundirán a este respecto: Bernini apela de nuevo a este esquema añadiendo el elemento de la violencia allí donde antes sólo había un movimiento intelectual. Por su parte los clásicos de Versalles, entre los que se cuenta el Rapto de Proserpina de Girardon, se limitan a aportar un equilibrio más sereno.

César Borgia

Unknown dijo...

Gracias Borgias por los comentarios. Volved cuando queráis.

Un beso

María dijo...

a mi también me encanta esta obra! ^^ es como dices por ahí arriba muy muy sensual.

un besito!

que blog tan interesante! =)

Unknown dijo...

María, verdad que es muy bonita? Me alegro de que te guste el blog! Sigue leyendo! :P

Un besazo

Sara Mansouri "Saroide" dijo...

jajaaajja, qué buen resumen; si la Historia se explicara así en los colegios no habría absentismo :P