Hoy estaba llenando el cuenco de leche cuando he visto un trozo de pan duro y me he acordado de mi abuela y sus migotes de pan en el café con leche. Y he pasado de rememorar los desayunos de hotel dándole un homenaje a mi abuela a base de pan migado. Los de ella eran mejores, he de reconocerlo. Su café era café, no descafeinado. Su pan era pan, no masa congelada que hornea un chino. ¡Y estaba tostado! (Qué fallo, estaba tan duro que no se podía tostar, y tampoco tengo tostadora) Abuela, entiende que este ha sido algo improvisado, pero el próximo me lo curraré más.

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