jueves, 19 de junio de 2008

Restauración

A la hora del desayuno, nos reunimos una gran diversidad política de trabajadoras de la Residencia, desde la pepera niña bien hasta la rojilla sindicalista con raíces por teñir (esto último en plan literal). Resulta que a la rojilla le gusta picar a la niña bien, aunque luego se quieren mucho. Cuando no es por los bienes de la Iglesia es por los curas pederastas y los abortos de monjas, o por el místico qué hay después de la muerte. Eso de los bienes de la Iglesia lo llevo oyendo varios años, vaya que pillan una idea por banda y la explotan al máximo.

Al decir varios me remonto a una clase de Religión y a la respuesta de la profesora a aquello de ¿Y Juan Pablo II porqué no vive en un piso y todos esos cuadros y ese oro se le da a los pobres? Entonces nos explicó que los bienes materiales de la Iglesia se acabarían antes de que se acabara el hambre y la pobreza porque el problema de base está en el reparto desequilibrado de las riquezas, no sólo de la Iglesia. Los ricos se harían más ricos y los pobres más pobres. Vamos, que también Bill Gates y Michael Jackson tienen la culpa del hambre en el mundo. Esto me convenció, hasta hace un par de días. Fui con mi madre a la iglesia y vi que pedían trece mil euros para restaurar la imagen de un Crucificado. La de cosas que se podrían hacer con trece mil euros. Qué asco. No sé de qué me extraño, si son un nido de pederastas que, para no pagar indemnizaciones a sus víctimas, se declaran insolventes y se respaldan de frases hechas del tipo es que somos humanos. A veces lo dudo.

No sé cómo vamos a acabar, pero que Dios nos pille confesados.

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