Mi querida Keira, etérea reina del Photoshop, angulosa sombra de un cuerpo esbelto, sólo te quedan huesos, sólo cabeza, tu figura es propia de latitudes hambrientas, tu abrazo debe doler y crujir. Me estremeces. Te contemplo como quien mira la escena de un crimen, vuelvo la cara para no verte, pero no puedo evitar buscarte de nuevo para cerciorarme de que es cierto lo que ven mis ojos, que ya sólo quedan huesos y pellejo.
Fotico de El Mundo
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