sábado, 4 de agosto de 2007

¡Son como niños!

La vida es como un semicírculo donde el ascenso es la infancia, la juventud es su cénit y el descenso, la madurez. En la última etapa de la vida se vuelve el anciano como un niño.

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-Hijo, ¿cómo se llama el alemán que me esconde las cosas?
-Alzheimer, abuelito.

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Existe un retroceso en su entendimiento, memoria y comportamiento, al margen de pañales y papillas.

-Hola, Josefa.
-...
-Josefa Herranz Moreno.
-Sí, yo también.

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Algunos ancianos no abren la boca para comer y hay que ayudarse de una jeringa de 50ml para poder alimentarlos. Viendo como en el desayuno de su compañero la enfermera trabaja con la jeringuilla, dice uno de ellos:
-Joven, ¿le está poniendo una inyección al café?

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Una monja le entrega una figura de un angelito a una recién llegada:
-¿Esto qué es?
-Es un ángel
-Esto no es un ángel, ¡es un payaso con alas!

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Te arrancan risotadas, te roban el corazón, te gruñen o te besan, te abrazan, te sorprenden, te llenan los bolsillos de caramelos y ganas de vivir.

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