viernes, 3 de agosto de 2007

Me da miedo la enormidad

Así cantaba Antonio Vega en Nacha Pop.

La verdad es que internet me fascina y me asusta a la vez. Tan extenso, tan intenso, tan lleno y tan vacío. Aquí todo vale. Cualquiera tiene voz, hasta los que no tenemos nada que decir. Esta es la casa de los timadores que te roban el corazón, el riñón y la cartera. El reino de los mensajes reenviados que te animan a levantarte y aprovechar el momento, a dar abrazos, a llamar a tu abuela o a tu madre o a tu mejor amigo de guardería. Estás a un solo click de impresionantes paisajes africanos que otros han fotografiado, a un solo click del conocimiento en forma de enciclopedia libre, a un solo click del médico, del frutero y del carnicero japonés, a un solo click de la pornografía infantil y la tortura pagada con VISA, a un solo click de las entradas a la ópera y la mula llena de películas (de) piratas de moda. Aquí todo vale. Reina la anarquía y cada cuál que cargue el click en su conciencia.


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