Estoy un poco de aquella manera. Me fui para encontrarme a mí misma, pero como no me fui muy lejos, no encontré nada. Algo sí, pero no me termina de convencer. Ahora sí que me lo estoy tomando en serio y he pedido ayuda a un gurú para que me redireccione por la senda de la vida. Es que los libros de autoayuda son un rollo, y me aburro de ellos. Necesito que, como dice Hagrid, me digan lo que ya sé a cambio de soltar un buen puñado de euros. Es estúpido, y más en plena crisis, pero tengo que centrarme como sea porque siento que mi estado de ánimo está como la cama de Homer.
viernes, 11 de diciembre de 2009
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1 comentario:
-Si buscas una mano dispuesta a ayudarte, la encontrarás al final de tu brazo.
Lucrecia Borgia
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