lunes, 13 de agosto de 2012

Instantes de regresión

La piel llena de salitre y la luz que acompaña a estas horas se unen a un disco con más de una década de polvo. Preparo la ducha y vuelvo a aquel primer verano con mi vestido azul estampado de piñas. A agosto le quedan pocos sábados. Hoy será una gran noche.

La perfección no existe y encima es aburrida

He visto poco la serie Nip/Tuck, pero lo suficiente como para saber que quienes parecen ser perfectos no lo son. La perfección no es natural y es aburrida. Que el obrero que se encargaba del montaje de tu cara estuviera algo borracho te da un aspecto más interesante y lleno de matices.

Mis dientes alineandos fuera del eje aportan una sonrisa desviada que traía loca a la dentista en mis años de ortodoncia. Las orejas deben estar a diferente altura, o serán las cejas, pero las gafas parecen ir torcidas. El consuelo de que las tetas las tienen todas así (mentira) o las mil narices en una según la perspectiva. Un espíritu tan inquieto no podía residir en otro espacio.

Y hay personas a quienes nada de esto les importa. Capaces de amar por encima de todo, y por debajo, delante, detrás...

Renunciar

Hay cosas a las que tienes que renunciar tarde o temprano, como esa falda que nunca te sentó bien o la idea de que algún día tus tetas volverán a su sitio.