En un primer momento se barajó la posibilidad de un delfín extremista que se inmoló llavándose la vida de más de 150 compañeros de especie, descartándose después porque los explosivos mojados no dan los resultados esperados.
Otra opción es una intoxicación masiva por comer gambas con xapapote en la comunión de Delfi, nuestro fiel amigo.
Investigaciones paralelas apuntan a que se trataba de una secta que tras una monumental orgía en la playa procedió al suicidio colectivo para salvar sus almas.
Por otro lado, los ecologistas mantienen que esto es una forma de protesta del mundo marino por la contaminación de las aguas, provocándose la muerte de estos simpáticos animalitos que darán más pena que su prima la chirla Ming, que no la conocía ni su padre, que se murió hace 400 años.
Esperamos que pronto se desvelen las verdaderas causas de estas horribles muertes. Según fuentes cercanas Grissom ya está camino de la playa.
jueves, 1 de noviembre de 2007
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